La hemos apodado alguna vez como la Valentina Nappi rusa y quizá haya que reconocer que es una comparación injusta y precipitada. De la italiana conocemos su ambición, su enorme experiencia y su actual cruzada por labrarse su propio trono de reina extranjera en el porno yanqui. De Marina Visconti solo sabemos que está muy buena y que es muy cerda, pero colgarle el sambenito de fenómeno emergente es aventurarse demasiado. A su ritmo, eso sí, la rusa del cuerpazo natural va progresando y mejorando. Veremos si explota un potencial que, eso sí, está ahí.

Comentarios