Marsha May es de esas starlets de nueva generación que parecen tener muy estudiadas las preferencias de los pornófilos, y todo el mundo sabe que la gran obsesión del siglo XXI son los culos y cómo adentrarse en ellos. Así que un año después de su debut, esta rubia de apenas 1,50 de estatura probó por primera vez el sexo anal frente a la cámara y desde entonces no ha dejado de practicarlo de manera intensiva. Le faltaba, eso sí, enfrentarse a uno de los actores blancos mejor dotados como es Chris Strokes, y ese cruce se produjo por fin hace unas semanas en la película Inked Angels #6 que edita Evil Angel y dirige Kevin Moore.
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