Fragmento del libro “Filosofia en el tocador” del Marqués de Sade. En él, Dolmancé y la Sra. de Saint-Ange instruyen a Eugenia, una joven señorita, sobre los placeres del libertinaje. Dolmancé es un gran experimentado que tiene gran predilección por los culos. Aunque prefiere penetrar culos de apuestos señoritos, los culos de las hembras también despiertan su pasión. Él es quien nos explica aquí el procedimiento para iniciar a una persona inexperta:
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DOLMANCÉ: La postura más usada para la mujer, en este goce, es acostarse boca abajo, en el borde de la cama, con las nalgas bien separadas, la cabeza lo más bajo posible. El lascivo, tras haber disfrutado un instante con la perspectiva del bello culo que se le ofrece, tras haberlo palmoteado, palpado, a veces incluso latigado, pellizcado y mordido, humedece con su boca el lindo ojete que va a perforar, y prepara la introducción con la punta de su lengua; moja asimismo su aparato con saliva o con pomada y lo presenta suavemente al agujero que va a horadar; con un mano lo lleva, con la otra separa las nalgas de su goce; cuando siente su miembro penetrar, es preciso que empuje con ardor, teniendo mucho cuidado de no perder terreno; a veces la mujer sufre entonces, si es nueva y joven; pero sin miramento alguno para con los dolores que pronto van a convertirse en placeres, el jodedor debe empujar con vivacidad su polla gradualmente, hasta que por fin haya alcanzado la meta, es decir, hasta que el pelo de su aparato frote exactamente los bordes del ano del objeto al que encula. Que prosiga entonces su camino con rapidez: todas la espinas están ya cogidas; sólo quedan las rosas. Para acabar de metamorfosear en placer los restos de dolor que su objeto aún experimenta, si es un joven muchacho que le coja la polla y se la menee; que acaricie el clítoris si es una muchacha; las titilaciones del placer que provoca cuando encoge prodigiosamente el ano de la paciente, redoblaran los placeres del agente que, colmado de gusto y de volupyousidad, disparará pronto al fondo del culo de su goce un esperma tan abundante como espeso, que habrán provocado tan lúbricos detalles…
SRA. DE SAINT-ANGE: Permitid un momento que sea alumna a mi vez y que os pregunte, Dolmancé, en què estado debe encontrarse, para complemento de los placeres del agente, el culo del paciente.
DOLMANCÉ: Lleno, por supuesto; es esencial que el objeto que sirve tenga entonces las mayores ganas de cagar, a fin que la punta de la polla del jodedor, al alcanzar el mojón, se hunda en el y deposite más cálida y blandamente la leche que lo irrita y enardece.
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La filosofia en el tocador o Los preceptos inmorales, Marqués de Sade.
El Marqués de Sade según Man Ray
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