Ya sabéis que aquí hemos desarrollado cierto aprecio por Ryan Madison, y por varios motivos: su historia casi de ceniciente (un diseñador web que fuga con su jefa, una pornstar casada y mayor que él), su capacidad de rodar buen porno con buena fotografía sin demasiados recursos, su voluntad de compensar un físico del montón y una polla normalita a base follar como una bestia y no escatimar en ritmo ni acrobacias, y sobre todo un buen gusto exquisito para las mujeres. O al menos en parte: quizá su mujer Kelly Madison no sea plato del gusto de todos, pero las chicas que se lleva a casa para trabajar ya son otra historia. El último ejemplo, una de las grandes sensaciones recientes y una muesca que faltaba en su revolver: la gran Marina Visconti.
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