Aún cabe la posibilidad de que regrese, pero diez meses sin dar señales en la industria del porno suelen ser señal de sobras de que la trayectoria de una starlet se ha desvanecido del mapa y será difícil volver a verla. Parece el caso de Mariah Banks, una guapísima mestiza que en primavera de 2017 hizo su debut con una ristra de escenas para Bangbros y algún que otro polvo hacia finales de año en Mofos, y que desde entonces no ha vuelto a aparecer por ninguna productora. Su timidez era más que llamativa en una época en que hasta la novata más joven viene de comerse pollas a docenas en su círculo privado, y además le otorgaba un morbo especial que combinaba de maravilla con otra feature destacable de su físico: un culo estupendo.
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