Si hay algo que nos tiene absolutamente fascinados de la prolífica cantera erótica que es Ucrania, es la versatilidad del talento que allí crece: sus mujeres son bellas pero nunca siguen un patrón (no todas son rubias, altas o pechugonas), sino que el atractivo físico de las modelos eróticas ucranianas abarca la práctica totalidad del espectro de perfiles, formas, colores y tamaños. Un ejemplo menos exuberante de lo habitual pero igualmente bonito es sin duda el de Maria Espen, una muchacha de Ucrania que debutó en Metart el pasado febrero y desde entonces ha publicado media decena de galerías donde nos seduce con un cuerpo modesto y no del todo acorde con los estándares de perfección del estudio, pero con una mirada y un halo de delicadeza y calidez que a más de uno le va a derretir el corazoncito.
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