El ilustre Nacho Vidal debe de haberse pasado por la piedra (y nunca mejor dicho) a medio Brasil, así a ojo. Su filmografía esta llena de viajes al país de la samba y la caipirinha y allí nos ha descubierto algunos de los cuerpos tropicales más perfectos. Uno de ellos es el de Marcellinha Moraes, una belleza de líneas suaves y no tan maciza como muchas de sus compatriotas, pero que desde luego no las debe envidiar en cuanto a saber hacer sexual. Y es que no todas serían capaces de hospedar en su ano al gran Nacho.
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