Junto al de Jada Stevens que disfrutamos ayer mismo, otro de los culos más relevantes de esa generación de pornstars es el de Kelly Divine, una mujer que es el paradigma de su propia tipología: más tirando a fea (ecuestre, que diría un amigo) pero no sin cierto morbo, y curvilínea hasta límites desquiciantes sobre todo en lo que vendría a ser el pandero. Con semejantes medidas poco necesita hacer una damisela para triunfar en este voraz negocio, pero si encima es capaz de endilgarse superpollas como la de Mandingo, hay que encomiarlo.
Por cierto, que a pesar de llevar los dos un buen porrón de años en la industria, Kelly Divine y Mandingo solo se habían encontrado una vez, en los primeros pasos porno de la culona, para la película Mandingo Taboo #2. Aquella vez, no obstante, no se atrevieron con el sexo anal, y esa es una espina que ambos se han quitado en la escena de hoy para la recién lanzada Mandingo Massacre #8.
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