El otro día hablábamos de la progresión hacia la delgadez que ha hecho Jillian Janson, y de cómo ese tipo de transformaciones rara vez son bien recibidas entre los fans. El camino opuesto, en cambio, suele tener una acogida proporcional en estos tiempos de culos grandes y muslos desarrollados: el mejor ejemplo quizá sea Maddy O’Reilly, que después de triunfar en su versión 1.0 delgada ahora está viviendo una segunda etapa de éxito y mucho volumen de trabajo. Desde que ganó unos kilos en 2014, parece que no ha querido soltarlos.

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