Sus caminos se habían cruzado antes en hasta tres ocasiones distintas, pero era otra época. Una época en la que Luna Star lucía una melena negra y su culo era territorio prohibido hasta nueva orden. Ahora las cosas han cambiado: el año pasado la bestia cubana, ahora rubia, se embruteció aún más iniciándose por fin en el sexo anal, y ahora va por la industria aprovechando esa capacidad adquirida para ir ganando más y más adeptos. Le faltaba, eso sí, pasar por la consulta del mayor pervertido del porno yanqui, el doctor Mike Adriano, para un reencuentro en el que, ahora sí, la atención se centra en el agujero de su culo.
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