Uno de los muchos talentos de Jo Koss es dibujar marranadas. Lo lleva haciendo desde que tiene uso de razón, e incluso ha llevado sus obsesiones por las mujeres guapas, el sexo oral y los piercings a campos más complejos como la literatura erótica, la fotografía erótica o el cine porno. Su estilo distintivo en blanco y negro suele acompañar a la perfección a la acción que tiene lugar en sus ilustraciones, como una instantánea de algo muy intenso, de un submundo de porno amateur y voyeurismo vocacional. Dibujos sucios, en definitiva.

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