Si hay un atributo importante en los cánones de belleza femenina es el culo. Todos los hombres nos fijamos en esa parte cuando nos cruzamos con una tía: «Joder, qué culo». Tiene una explicación antropológica y biológica, en la que no voy a entrar ahora. Este hecho no podía ser despreciado en el porno. Toda pornstar que se precie debe poseer un culo dentro de esos cánones de belleza. Pero, aunque ahora se tiende más a un consumo por vídeos sueltos o seriales, el porno no deja de ser un género cinematográfico, y como tal es ficción, reproduce estereotipos y situaciones ideales e idílicas, fantasías, perfección, etc… Chicos musculados, con penes equinos y amplia resistencia sexual. Chicas espectaculares y preciosas, con o sin retoques en su anatomía, grandes habilidades amatorias, lencería sexy, etc. Por supuesto, fuera del porno, en la vida real, todo esto también existe, pero no hay garantías de ello, y quizás no sea tan perfecto y espectacular. Igual que cuando vemos una película de acción. Con el porno buscamos eso, fantasía, excitación, estimulación, belleza, etc…
Hay miles y miles de pornstars pero, como en todo, las hay que destacan. Y en este artículo os voy a hablar de dos de ellas que, para mí, son los mejores culos que han pasado por este género audiovisual.
En primer lugar, Naomi Russell. Formó parte de la gran generación de pornstars nacidas en los 80 y que triunfaron en la primera década del siglo XXI. Conocida por su culazo, enorme, firme y machacador de pollas, un cuerpo escultural y natural, gran capacidad física y de posturas, y magistralidad en las escenas anales. Con un rostro de diva viciosa, que demostraba disfrutar de cada embestida. Os dejo su vídeo insignia, donde le hace un twerking a su compañero que muy pocos podrían aguantar:
El twerking de Naomi
Pero Naomi, como otras tantas, dejó su puesto vacante. No hay duda de que el porno ha seguido dando grandes culos, hasta que llegó Jada Stevens. Para mí, la grandísima heredera de Naomi. He leído por aquí, en artículos sobre ella, que su culo está artificialmente retocado. No he encontrado pruebas de ello. Diría que es natural. Pero, independientemente de retoques o no (¿qué importancia tiene eso en el porno si el resultado es óptimo?), lo cierto es que su culo es absolutamente delicioso, reventón, jugoso, con un equilibrio perfecto de grasa y firmeza, que le dan a ese prodigio anatómico una cadencia hipnótica y única.
Especialista también en anales, que dejó y recuperó, seguramente por razones de marketing: «Jada returns». Y esa cara de guarra de barrio con pendientes de aros… Incluso ha demostrado versatilidad, al protagonizar escenas «white», ideales para disfrutar en pareja, más suaves y elegantes, de sábanas y sofás blancos con grandes ventales, pero igualmente excitantes:
Jada Stevens, un culo 2.0
Naomi fue mítica, el Culo. Jada es el Culo 2.0. ¿Que elija a una? Naomi era pura pasión y potencia electrizante. Jada es el mejor tren inferior que he visto, voluptuosidad perfecta. Eligiría producir una escena de trío, juntando a las dos para destrozar a su compañero de reparto, con ambas haciendo un sandwich, una encima de la otra. Y haciendo una paja a la polla hundida entre esas nalgas hasta que estalle. ¿Quién sabe?
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