Todos alguna vez en nuestras vidas, seamos hombres o mujeres, nos produjo cierto morbo o deseo la fantasía de ser aquel joven que tiene relaciones con aquella persona mayor inalcanzable. Este deseo, como dije, es en su mayoría de veces inalcanzable pero para una necesidad nace una solución, y esa solución la trajo nada más y nada menos que el porno.
El porno al igual que cualquier empresa o industria tiene que cumplir con ciertos estándares para satisfacer a toda su comunidad y tenerlos contentos. Esto conlleva el estar continuamente «innovando», para los gustos colores dicen algunos, y en el porno hay justamente de todos los gustos y colores. Uno de mis gustos preferidos es justamente la fantasía de ser aquel joven que se acuesta con una suerte de milf. El porno llegó con sus «lolitos», «jóvenes suertudos» que se follaban a mujeres de alto calibre como por ejemplo Krissy Lynn. Al principio con el ingreso de actores como Jordi «El niño polla» parecía una idea genial. Luego, con el ingreso de su competencia Juan «El caballo loco» el tema dejaba de ser satisfactorio y pasaba a ser algo más comercial, donde las empresas veían sólo dinero.
Hoy en día Jordi y Juan siguen en activo quizás como los mayores estándares de este fetiche. Además les siguen otros actores como Ricky Spanish, Jimmy Michaels y algún que otro, pero quedó tan desenfocada la idea que las escenas se volvieron repetitivas e incluso tediosas. Temas a pensar y debatir son infinitos en la industria, para eso estamos.
En conclusión: el fetiche o fantasía quedó de lado para ser reemplazado por un vídeo vacío, aburrido, con historias repetitivas y poco más que agregar ya que cualquier palabra le quedaría grande.
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