El verano y las horas de sol en la playa tienen sus consecuencias. En ocasiones es ponerse rojo como un tomate. En otras, que nuestras compañeras adquieran unas líneas que marquen la forma de su bikini. Un fetiche sexual que gusta a muchos, ya que en medio de su cuerpo moreno, la claridad de estas marcas resalta los atributos femeninos aún más, como un foco inexistente que centra aún más nuestra atención en sus zonas más jugosas. Para muestra un botón que nos demuestra que, efectivamente, la cosa tiene su morbo.

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