En 2009 un usuario de 4chan publicaba en el foro de porno un vídeo en el que aparecía masturbándose y expulsando unos más que considerable chorrazos de semen. Medio en broma, otro usuario respondió al hilo diciendo que no le importaría pagar dinero por ver a una mujer recibiendo los lefazos tremendos de aquel lechero anónimo. Así que al lechero se le ocurrió una idea: publicó una dirección de Paypal, a ver si sonaba la flauta. Y vaya si sonó. Los ingresos no tardaron en llegar, de varios usuarios, y en un día ya había reunido dinero como para pagar a tres prostitutas.
Dicho y hecho: las contrató, grabó los tres vídeos y los publicó en 4chan. Los foreros quedaron tan satisfechos con el resultado (mamadas en las que las chica, tras el servicio, era acribillada a lefazos entre el estupor y el asco) que decidieron seguir enviándole dinero, y el tipo siguió utilizándolo para contratar los servicios de meretrices y grabarlo en vídeo. Así durante seis meses en los que publicó más de medio centenar de vídeos porno hasta que un día dejó de aceptar donaciones y desapareció entre las sombras.
Y así, niños, es como se inventó el crowdfunding.
Veamos hoy una pequeña selección de la obra del lechero anónimo.
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