El rostro de Tiffany Cappotelli es de esos que a primera vista nos parecen del montón o incluso poco atractivos, pero cuando uno lo mira varias veces se da cuenta de nuevos matices e imperfecciones bonitas que hacen que a uno le vaya gustando cada vez más. Donde no puede haber debate es de cuello para abajo, la verdadera herramienta de trabajo de esta modelo erótica y cada vez más habitual en los videoclips de hip hop americano: un juego de caderas absolutamente demoledor predomina en un cuerpo de curvas sin complejos donde hasta el último centímetro de carne es natural. Un verdadero mujerón.
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