¡Qué cabrones sois jovenzuelos!, muchos creíais que la había espichado con el virus chino ese, pero no, sigo siendo un viejo verde y duro. Hoy os traigo una actriz de las que ya no quedan, no una de esas flacuchas que les dura la fama dos meses, ni una de esas que no me acuerdo del nombre ni después de ver los 15 segundos que dura lo mejor de su escena. Soy de gustos rancios, antiguos, incluso algunos huelen a naftalina, pero en mi afán de que aprendáis del porno como una sub-cultura vuelvo a dedicaros unas líneas llenas de historia y morbo.
Esta serie trata como los más listos habréis leído en el encabezado, de las escenas más locas del porno, locas en el sentido de idas de “golova” como diría uno de los protagonistas de esa obra maestra llamada «La Naranja Mecánica» que algunos no habréis ni visto… tiemblo al pensarlo. Hace muchos, muchos años, en un Reino junto al mar creció una señorita que no se llamaba como dijo Allan Poe: Anabel Lee sino Julie Night, pasados los 18 legales se convirtió en una bestia parda, de la cual no podéis decir que en una sola de sus cientos de escenas no le pusiera ganas y morbo a toneladas.
Pero existe una escena de pérdida de papeles, de descontrol absoluto, en la cual, imaginad, sí jóvenes, usando lo que tenéis entre oreja y oreja, ella es seducida en la cama matrimonial por el amigo de su marido, la cual la somete con violencia sexual, pasados unos minutos llega su cónyuge y ese une a la faena, sin embargo ella pierde el norte ante tal situación, llegando a arrancarse mechones literalmente y a abofetearse a sí misma. En plena cumbre del “Gonzo” es de suponer que nada estaba guionizado, prefiero no destriparos nada más… vedla ¡¡
La cinta donde aparece rodeada por Alex Sanders y Mickey G. se llamó TOUGH LOVE 2 y fue publicada en el año 2004, su directora fue la mítica Francesca Lee aún en activo a día de hoy. Como dato os diré que en la misma película aparecen dos estrellas sin parangón Audrey Hollander y Venus Costelo. Sin lugar a dudas una escena mítica, erótica, morbosa, transgresora, que deja a las claras la sexualidad sin pudor, ni remilgos morales de esa chica que a día de hoy debe tener unos 43 años, o sea unos 25 menos que yo. Si no me lleva al otro barrio un orgasmo o un virus de esos que anda por ahí, os dejaré alguna escena loca más.
Fdo. Vuestro abuelo que os aprecia Diamantino Dióptrico.
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