Acabo de leer en el National Geographic que las cuatro especies de tapir que existen están en peligro de extinción. Puede que el siguiente vídeo nos revele por fin el motivo de esa escasa capacidad de proliferación: un pollón descomunal, un rabo galáctico, una butifarra que no te la acabas. Tan largo es el miembro reproductivo del tapir que a la hora de encontrar la batcueva del amor de su compañera, aquello oscila en todas direcciones y se hace difícil enchufarla. Tanto que al final la hembra decide que ya no tiene ganas y la magia del momento acaba por encogerse y desvanecerse. ¿Puede ser este el día a día de Mandingo?
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