Dada su fórmula sexual redundante, a Dredd y a ese elemento cavernoso monstruoso que tiene por entrepierna, lo “echamos en manteca” durante ciertos periodos de tiempo para no caer en la monotonía. Pero en esta ocasión nos ha llamado la atención la chica invitada, que no es otra que Roxie Sinner, la cual luce una nueva imagen y que se le ve feliz como una perdiz jugando y retozando con dicha anaconda negra, que se adentra en su coño de manera inmisericorde, mientras sus tetas colosales bambolean por bulerías. De hecho, el sexo vaginal con una criatura tan polluda resulta a menudo más dinámico que las perforaciones rectales, dada la dificultad que entraña un bombeo hondo y constante de tremendo mástil por vía anal. “Sinner rider, rides in with the storm”, clamaba en el primer verso Rob Halford de un tema premonitorio de Judas Priest, «Sinner».
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