La tendencia de los cuerpos tonificados tiene su contrapunto dentro y fuera del porno con un tipo de chicas cuyo principal estímulo visual es la abundancia física; hembrones que prescinden de las horas de gimnasio y las ocupan en otros menesteres más placenteros y sedentarios. Una de las últimas chicas de talla grande —con ello no queremos decir que sea gorda— que han recalado en un negocio siempre ávido de carne y lujuria es Ashlyn Peaks, con un físico rotundo que le ha permitido dejarse ver en algunos de los estudios que abanderan el porno mainstream gringo.
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