A Kyra Hot la conocimos probablemente en el punto álgido de su inevitable metamorfosis dentro del porno, una belleza mareante que lo tenía todo natural y bien puesto. En el último año la húngara ha ido menguando su mejor virtud, esa autenticidad que hipnotizaba, para convertirse a un perfil mucho menos llamativo y más vulgar, con colágeno en los labios y el pelo teñido. Eso no quiere decir que su cuerpazo y sus ganas de sexo no sigan ahí, y en compañía de otra que puede presumir de curvas impresionantes como Harmony Reigns, la cosa nunca puede salir mal.

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