El Kit Kat Club es un famosísimo local de Berlín, consagrado a la música techno y el hedonismo, cuya fama se extiende por todo el mundo. Es también el lugar donde se celebran extrañas ceremonias sexuales, sesiones de sexo extremo para complacer los deseos más retorcidos de hombres y mujeres. Y desde hace algún tiempo, el nombre que una línea de porno de gran éxito… en Alemania y alrededores.
Las más de 50 cintas (ahora DVDs o archivos, claro) tienen una estructura similar. Una o varias chicas son sometidas a todas las vejaciones que un grupo de hombres deseen. Aunque la actitud no suele ser, precisamente, la de una chica rebajada, ya que ellas están ahí por voluntad propia y, en muchos casos, parecen disfrutar tanto como ellos.
Así, tras unas primeras rondas de mamadas más o menos normales, la cosa suele ir a más. Coito vaginal, anal, meadas en la cara, fisting y lamidas de ojetes a los maromos suelen protagonizar estas escenas inolvidables. Según el vídeo, hay otros tipos de actividades, tales como recibir el impacto de chinitas en los muslos, enemas en plena boca, rebozar a las chicas en huevo y leche o, finalmente, arrojar sobre ellas un montón de crema vainilla y chocolate. ¡Que rico!
Las chicas que pasan por los «Xperiments» del KitKat suelen ser flor de un día, gente con ganas de dejarse llevar al máximo en una ocasión y olvidarse de todo. Eso sí: la escatología, de momento, tiene poco sitio en sus films. El tono, además, está lejos de la agresividad que aparecen en las películas de GGG. Los “Xperiments” tienen una atmósfera distendida, de exploración de los fetiches sexuales, que lo hacen mucho más amables, a pesar de las prácticas que allí tienen lugar.
Una de las entregas más populares es el 17, debido a la crítica que Robin Bougie hizo en su fanzine Cinema Seweer. En ella vemos a una chica de pelo corto especialmente sumisa, a la que hacen todo tipo de perrerías, que recibe sin chistar. Lanzado a principios de los 2000, causó sensación en un mundo en el que conseguir esa clase de material no era tan sencillo.
El experimento 54, con Heidi Muller y Salomé, también es especialmente recomendable, debido a su final, rico en todo tipo de potingues dulces que embadurnan los cuerpos de las dos chicas voluntarias. Natillas de vainilla y chocolate en gran cantidad para cerrar una gran jornada de anos, puños y pollas por todas partes.
La española Salma de Nora participó en el experimento 37, allá por 2004, llamado “Spanish Flower”, donde era follada, meada y rebozada con chocolate de brick para regocijo de espectadores y público por igual. Smimon Thais, el pornógrafo que creó el club ha sabido atraer por igual a profesionales del porno como a curiosas muy morbosas.
Aunque nunca han tenido distribución oficial en nuetro país, gracias a internet son relativamente fáciles de conseguir. Lo malo: que desde 2007 no aparecen nuevas referencias. Innovative Productions la casa madre, parece haber dejado de lado el tema. ¿Quizá los dueños del club están hartos de que se lo dejen todo hecho unos zorros? No lo sabemos, pero desde aquí estamos deseando que se retome la actividad. Más que nada, por si nos animamos a pasarnos por ahí un día de estos…
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