Da la impresión de que en películas como Young Tight Sluts #3 que Evil Angel lanzó hace unos días, el bueno de Mike Adriano reúne todas las escenas en las que la starlet contactada no quiso dejarse penetrar el sacrosanto agujero del culo. Me gusta imaginarle insistiendo una y otra vez hasta que se da por vencido y dice «bueno, lo dejamos en polvo vaginal» y tacha una cláusula del contrato que tenía redactado con cara de decepción. La parte positiva de esta franquicia es, sobre todo, que Mike echa mano de talento joven y poco experimentado, y en esta última edición ha llamado a una de las mejores sonrisas del porno: Kimmy Granger.
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