La protagonista de nuestra biografía de hoy es una de las actrices más guarras que jamás hemos visto. Kelly Fuckin’ Wells recogía corridas y dejaba que le petaran el culo con una pasión como pocas veces hemos visto. Un auténtico ejemplo de “chica de al lado” más puta que las gallinas que dejó su marca en el nuevo milenio, la época dorada del gonzo más bruto. Repasamos su vida, sus cotilleos y hasta algunas de sus mejores escenas.
Kelly nació en una pequeña Fulton, a orillas del Mississipi, de tan solo 4000 habitantes. La Wells creció siendo una chica tímida que no destacaba en nada. Estudió psicología durante un par de años en la universidad de Las Vegas hasta que se hartó. La chavala no soportaba la disciplina del estudio. Como siempre, comenzó bailando, en Las Vegas en esta ocasión. Y al poco decidió meterse a hacer porno: menos hora trabajando y más placentero. Ideal para ella.
El añadir el ‘fucking’ a su nombre fue una de esas ocurrencias geniales que nos extraña no aparezcan más. Ella presumía de dar siempre el 110% en todas las escenas, lo cual se traducía en agresvidad y lenguaje obsceno continuamente. Como debe ser. “Ser guarra en la cámara es emocionante. Es un subidón de adrenalina. Uso el porno como medio para ser una rebelda, la chica mala que nunca fui”, declaró.
Kelly debutó con Max Hardcore en 2004, y este aprovechó para metérsela por el culo, perdiendo así su virginidad anal. Sin embargo, no se amilanó y no solo eso, sino que descubrió que el sexo anal no le daba excesivos problemas. Max le comentó que “si has podido conmigo, el resto del negocio va a ser pan comido”. Y así es, afirmó ella, que además volvió a trabajar más con Hardcore, incluso en escenas más duras, con meadas incluidas.
Por supuesto, pasó por una de las webs del momento: Meatholes. ¡Ah, que buena época para el porno más extremo! Pero una de sus cumbres la tuvo en la doble penetración que se marca en 2 in the can, legendaria largo en el que recibe dos pollas en el culo, siempre supervisada (y ayudada) por la sinpar Audrey Hollander. En general es complicado destacar alguna escena. Su nombre era garantía de sexo bruto.
Decía, eso sí, que fuera de las cámaras le gustaba un sexo más normal y prefería quedarse en casa viendo la tele y no salir por ahí borracha. Y es cierto que no fue, precisamente, una de las figuras más destacadas de la noche angelina. No existen muchas fotos de ella, precisamente, yendo por ahí de marcha. La chica trabajaba sin parar y muy duro, destacando por su profesionalismo. No faltaba a los rodajes, no aparecía drogada o borracha y hacía de todo. … Ella estaba encantada con su modo de vida. Tanto que incluso trató de convencer a su hermana de que se uniera a este mundillo, aunque no hubo suerte.
Estupenda fue también la escena que le emparejó con Annette Schwartz y Steve Holmes en Goo 4 Two 4, con dos reinas anales haciénose de todo y disfrutando de su propia guarrería. Escenas como estas abundan en una filmografía dominada por salvajes anales y con pocas escenas lésbicas. Ya lo dijo alguna vez: a ella le gustan los hombres y las pollas.
La gran enemiga de Kelly Wells fue la también actriz y directora Bridgette Kerkove. Ambas coincidieron en el rodaje de una película dirigida por su marido y se labró una gran enemistad, que fue empeorando ante la buena relación que Kelly tenía con él, Skeeter Kerkove.
Bridgette trataba de hacerle la vida imposible en los rodajes en los que coincidían, y llegó a adelantarle. Más adelante, acusó a su marido de serle infiel con ella. Kelly era una de las chicas favoritas de Skeeter y apareció en muchísimas de sus películas porno, aunque en aquel momento no había relación. Al final, claro, terminaría follándosela. Tras la separación, aclaramos.
Pero quizá el incidente que marcó su trabajo en este campo y le hizo “despertar” fue el incidente que tuvo con Belladonna. Durante el rodaje de una película que dirigía, Bella hizo atar a Kelly a una silla para ser sometida por el macho. En un momento de la escena, la silla se tambaleo de tanta embestida y Kelly calló al suelo, de boca, sin poder pararse con las manos.
El tortazo y posterior rebote contra el suelo le ocasionaron una doble fractura en la mandíbula que la llevó al hospital. Buscando silenciar el asunto, Evil Angel le ofreció 50.000 dólares que ella aceptó. Fue su amigo Skeeter el que contó todo a los medios, puesto que afirmaba que ese dinero no cubría la cirugía y las pérdidas por no poder actuar por un tiempo.
A partir de ahí, Kelly se desengañó del mundo del porno y se decidió a dar un último acelerón para ahorrar dinero y dejarla. Siguió una temporada haciendo las escenas mejor pagadas (dobles anales y gang-bangs) para después pasar a actuar solo con su novio John Strong. Pero antes nos dejó más escenas acojonantes, como esta perteneciente a la saga No Cum Allowed, con un tremendo doble anal y tragando 24 corridas. Toma sha.
A finales de 2008, dejó el porno para dedicarse al scorting durante algún tiempo, a precios desorbitantes ideales para los fans que había cosechado durante tantos años. Tras un tiempecito, desapareció también de esta labor para volver al anonimato.
Su tremendo legado, de cientos y cientos de escenas con mucho anal, facial y guarrerías de todo tipo, que podemos seguir disfrutando durante los años venideros. Yo solo os digo una cosa: con escenas como estas, extraída de la primera parte de Internal Discharge, ya se ganó un lugar en el olimpo. ¿Cuántas tías se han metido un perrito caliente por el culo? ¡Vuelve, Kelly!
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