A Digital Playground se le pueden criticar muchas cosas, pero lo que nunca les ha faltado es estilo. Alejados del gonzo mayoritario de escenas de una hora sin ningún contexto, la productora apuesta siempre por vertebrar su porno con un guión sencillo y más o menos veorsímil que dé sentido a cada follada. En lo visual tampoco se parecen a nada, con un tono algo oscuro y un devenir más apasionado que el glamcore. Un buen ejemplo es la última escena de Spread, donde Kayden Kross y James Deen parecen tener buena química.
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