Karma RX encarna de manera bastante precisa el fenotipo de estrella del porno que la mayoría de gente tiene en mente. Aunque lo cierto es que esa apariencia es un arma de doble filo; una parte de la audiencia se motiva con mujeres así de explosivas gracias a los retoques de chapa y pintura, mientras que otro gran porcentaje del público alimenta sus fantasías con chicas con un atractivo más natural y, digamos, que más accesibles. Es decir, más parecidas al común de los mortales, a la gente de a pie, aunque, por supuesto, los gustos son muy variados y tienen muchos matices. Ahora bien, creemos que esta segunda tendencia se está imponiendo, y no son pocos los que ven a Karma y a las actrices de su rubro como, por ejemplo, a las bandas de glam metal de hace décadas, extinguidas o en peligro de extinción, aunque en la industria del porno esa estética clásica se mantiene con el paso de los años. Sea como fuere, valoramos la trayectoria en el oficio de Karma y nos alegramos de que siga al pie del cañón después de un duro pasado que le llevó a la indigencia por culpa de las drogas.
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