Si Triky era el Monstruo de las Galletas, hoy tenemos al que podría ser el monstruo de la silicona, una webcamer y aspirante a modelo colombiana que se hace llamar Kari Garci. Por aquí ya estamos acostumbrados a los implantes y algunos hemos aprendido a respetar e incluso a apreciar un trabajo moderado y bien hecho, pero lo de esta chica es criminal: entre sus inflados rasgos se aprecia algo de belleza, una mujer razonablemente guapa enterrada entre litros y litros de solución salina y colágeno. Habrá lectores que disfruten de su morfología, y en algunas fotos incluso consigue convencer al detractor, pero cuando ve su cuerpo detenidamente se hace difícil defenderla.

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