Kandi Barbour es uno de esos nombres que no sonarán a los más jóvenes, pero más que habitual en la llamada «edad de oro del porno». La pobre muchacha, ya una mujer mayor, ha fallecido esta misma semana, y aquí vamos a rendirle un pequeño homenaje. Kandi era una presencia singular en el mundo del porno 70’s. Su bellísimo rostro le sirvió de trampolín para trabajar de modelo en TV y revistas de la época. Pero a la vez, la chica gustaba de hacer películas porno en sus ratos libres, en las que follar a gusto y ser bien follada. Sin ir más lejos, en American Gigolo recibió en su interior la tranca de John Holmes, y clásicos como Mike Horner o Ron Jeremy también estuvieron dentro de ella.
Barbour siempre destacó por sus extrañas tetas, con unos pezones desproporcionados que les daban un aspecto extrañísimo, y que dividía a la parroquia de la época. Había quien la odiaba… y había quien lo consideraba un plus, algo único que la diferenciaba del resto. Es fácil saber si el director los encontraba atractivos: si la chica permanecía tumbada y haciendo sexo oral, y aparecían pocos planos de sus tetas, estaba en el primer caso.
En todo caso, esta chica hizo carrera trabajando con grandes de la época, como Ron Jeremy, Chuck Vincent. Su obra cumbre fue Neon Knights para la que posó en la portada, un pequeño clásico de la época, que ha merecido una reciente edición en un doble DVD repleto de extras, que apareció hace apenas unos meses y ya está prácticamente agotado, estando considerado uno de los 101 mejores films porno de la historia por la crítica, para muchos, el que mejor combinó un argumento normal con escenas de sexo.
Otros clásicos que merecen la pena recordar son Ultra Flesh y The Pink Ladies, entre varias docenas de films donde apareció, hasta bien entrada la década de los 80: recordemos que antes se tardaba varios días (o semanas) en rodar cada película. Kandi siguió bailando en clubs de strip-tease, pero la edad no perdona, y acabó como una sin techo por las calles de San Francisco, donde se la encontró fallecida la pasada semana.
Su muerte ha vuelto a reavivar el debate sobre sus tetas. Nosotros, como siempre, preferimos recordar el placer que dio y recibió en vida, y rendirle este pequeño homenaje, merecido. Los más pornófilos sabrán apreciarlo.
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