Abella Danger se está imponiendo en la industria por fuerza bruta, por aplastamiento: ante ese culo titánico, esa piel bronceada y esa forma de moverse no has ser humano con ojos en la cara que sea capaz de resistirse, de apartar la mirad de cada gesto y cada movimiento que ejecuta. Ya tiene muy poco que aprender de cualquier que se le acerque en este mundillo, quizá solo de las más veteranas, y una a la que todas deberían escuchar es sin duda Julia Ann, una pornstar de 45 años que lleva dos décadas y media en el negocio y que, sin abusar especialmente de la cirugía (o sin que se note, lo cual también tiene mérito) está más guapa cada año que pasa.
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