La tildé en su día de «la treintañera perfecta» y no me arrepiento en absoluto. Jenni Lee presenta unas condiciones físicas casi impropias de una pornstar: guapísima a rabiar, elegante y con un cuerpo esbelto pero armonioso hasta lindar con lo imposible, todo ello en un empaque con tres décadas de edad que ya quisieran la gran mayoría de veinteñaeras dentro y fuera del porno. Hoy la vamos a ver sumergida en el glamcore edulcorado y luminoso de Pure Mature, la productora que ha acercado mundos opuestos como el del porno aterciopelado y las MILFs de talla mundial, dando como fruto una clase magistral de lo que debe ser el porno unisex.

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