La semana pasada nos deshacíamos en elogios hacia Angela White (como siempre) y destacábamos particularmente lo bien que le sentaba el porno aceitoso, como suele sentar bien el lubricante corporal aplicado a las starlets de grandes curvas que se ven acentuadas con los brillos y viscosidades. En aquella misma película en la que intervenía la australiana (y ponía la foto de portada), Oil Explosion #3 de Elegant Angel, también hubo espacio para un ejemplo que demuestra que la situación contraria también tiene su encanto: Jaye Summers, poseedora de una figura esbelta y de líneas poco pronunciadas, se dejaba rebozar en aceite durante el acto sexual para hacernos testigo de que la gracia del porno lubricado no está tanto en el quién como en el cómo.
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