Ojalá sucediese más: señoritas de buen ver se labran un sueldo desnudándose por webcam, escalan posiciones hasta convertirse en glam models y posar en tetas para alguna publicación, y (aquí viene el paso complicado) finalmente se adentran en la viscosas aguas del porno puro y más o menos duro. El estereotipo lo representa hoy una londinense estupenda que se hace llamar Jasmine James y fue a principios de abril cuando decidió que quizá en comer rabos ante la cámara habría un futuro mejor. Desde entonces ha hecho un par de cositas para Killergram y con esta escena ha debutado en Brazzers, en cuyo catálogo su considerable delantera encaja como un guante.
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