A menudo, cuando hablamos de parodias pornográficas o producciones para adultos inspiradas en cuentos o leyendas populares, algunos no dudáis en lanzar una afirmación que suele ser cierta: las parodias porno, ni funcionan como parodia, no funcionan como porno. Pero como en todas las aseveraciones certeras, siempre hay excepciones que las confirman como regla, y la siguiente escena de Jasmine Byrne con distrayendo al lobo feroz (el ilustre Evan Stone) para que no se coma a Caperucita Roja, deja bien claro que una buena felactriz, una mujer con dotes para el sexo ante las cámaras, hará siempre un buen trabajo a pesar de que el contexto no le acompañe.
Sobre la incandescente Jasmine poco más que decir queda tras el último gangbang en el que la vimos dejar secos a una docena de sementales profesionales, así que me limitaré a subrayar una vez más la fruición —casi desesperación, algo cercano al ansia— con la que esta chica era capaz de follarse a sus compañeros de reparto. Incluso con una máscara ridícula y en mitad del campo.
Comentarios