Las chicas rusas que aterrizan en el porno de Centroeuropa y Europa del Este suelen tener un recorrido razonablemente largo, sobre todo si son de las que solo trabajan con su novio y además lo hacen en productoras dedicadas al glamcore, con escenas menos exigidas que en otras compañías y cierto gusto por la elegancia. Janna (también apodada Janese, Entice, Emma, Jana o Liza) fue una notoria excepción: rusa, pelirroja, pequeñita y de mirada desafiante, entró en el negocio al ser descubierta por Pierre Woodman y pronto empezó a aceptar escenas con sitios de prestigio como Nubiles, DDF, Team Skeet o Teen Mega World. Eso fue en 2013. Media docena de escenas después, en 2015, desaparecería dejando atrás un rastro breve pero intenso, como ella misma.
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