Anton Harden, uno de los mayores empaladores afroamericanos de Blacked, puso a prueba la capacidad de recepción de la vagina de una performer como Azul Hermosa; guapa, como reza su apellido, y con unos preciosos ojos azules, pero que pasó dicho examen con el morenote hiperdotado con un aprobado raspado, siendo generosos. Y es que hay actrices porno que parecen no tener límites a la hora de cobijar miembros enormes dentro de cada una de sus cavidades, mientras que otras más divas y menos atrevidas son bastante limitadas en este tipo de menesteres. De hecho, en el caso de Azul Hermosa, le basta con su porte físico para trabajar con las productoras más renombradas, siendo una starlet habitual del conglomerado de MindGeek, aunque sus progresos en el oficio han sido prácticamente nulos, ya sea porque tiene un caché holgado con lo realizado hasta ahora (no así sus orificios) o porque ha trazado unos límites que no piensa traspasar.
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