Belle Knox es un nombre que últimamente ha sonado bastante en la industria americana. De hecho su popularidad ya le ha valido un puesto como presentadora en ese The Sex Factor del que hablábamos hoy. Belle aprovechó las vacaciones de verano para trabajar en el porno y sacarse un dinerito para pagarse sus estudios en la Duke University de Dakota del Norte, y obviamente no tardó en descubrirse el pastel. Las humillaciones y el llamado «slut shaming» no tardaron en llegar, pero Belle Knox no estaba dispuesta a dejarse pisotear y decidió contraatacar.
En un texto de tintes ampliamente feministas, donde cargaba contra la opresión económica del sistema educativo americano y defendía el derecho a disfrutar del sexo y de su cuerpo y, hablando en plata, mandaba a tomar por culo a quien no estuviese a gusto con la libertad que ella estaba ejerciendo.
No le faltaron defensores en sus paseos por los programas de entrevistas encarnando el papel de la joven herida pero orgullosa de sus principios, pero tampoco detractores: gente que lleva unos años rompiéndose los cuernos en este negoció señaló la escasísima experiencia de Belle y la desacreditó como portavoz autoproclamada de la industria. No les faltaba razón, desde luego, pero ponerse de parte de los misóginos malfollados e hipócritas a los que les encanta insultar a las pornstars quizá no era lo mejor.
A nosotros de ella lo que nos interesa no es tanto su faceta como articulista del positivismo sexual como esto que viene por aquí:
Con Steven St Croix para Naughty America
Para Bangbros
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