El porno está lleno de parentescos más o menos auténticos pero que siempre sirven de reclamo, y el mito de las gemelas es una constante. Eso sí, lo más habitual es que cuando dos hermanas demostradas o gemelas evidentes coinciden frente a la cámara, se respeten siempre ciertos límites con los que se juguetea de forma muy liviana. Recordemos, por ejemplo, el caso de las gemelas Romi y Raylene, que nos dejaba impactados cuando a alguna de las dos se le escapaba un rápido lametón furtivo o un piquito rápido.
En Brasil, en cambio, hay unas gemelas que han dinamitado esas barreras eróticas entre hermanas gemelas: Rafaella y Graziella Fornazieri (la gemelas Gueicha, desde que hacen porno) fueron candidatas en un certamen culero Miss BumBum, donde admitieron que tenían relaciones sexuales desde la adolescencia. En lo pornográfico, han suplido su aspecto poco agraciado por la fuerza bruta, besándose profundamente sin ningún tipo de decoro y practicando el sexo oral y el beso negro en una aparente relación sadomasoquista que muestra lo que son, tal cual y sin paliativos, escenas de incesto auténtico y genuino.
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