Hay pornstars con las que, aunque aparezcan por la parrilla orgasmátrica razonablemente a menudo, uno siempre tiene la sensación de estar en deuda, de no haberle dado todo el espacio que su talento merecía. Es el caso de Stella Cox, la italo-británica que nos desencaja la mandíbula cada vez que aparece agitando sus atributos naturales y can la caída justa.
En su último escarceo sexual en el set de Perfect Gonzo, Stella volvió a seducirnos sin necesidad de llevar siquiera la iniciativa y demostrando que su mejor arma es el movimiento rítmico de esas tetas gloriosas.
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