Hace unos meses nos habríamos rasgado las vestidura y proclamado a los cuatro vientos el desaprovechamiento imperdonable que es contratar a Jada Stevens para no practicar sexo anal con ella. Hace poco, no obstante, todo cambió cuando anunció que dejaría de hacer escenas anales por temas de salud. Lo que no nos quedó claro es que fuese a dejarlo de forma progresiva, porque al cabo de pocas semanas la tuvimos de nuevo dejándose bombear ese prodigio de dos nalgas sobre el que desayuna cada mañana. Desde entonces vuelve a ser muy caro verla ceder el cerito, pero lejos de tener menos trabajo parece que la industria y los fans han seguido demandando su presencia aunque fuese condicionada, y aprendiendo a apreciar que el talento de esta reina sin corona lo cubre todo.
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