Se deslizó de entre nuestros dedos el pasado verano, casi de la noche a la mañana, dicen que por tiranteces con Elle Alexandra y por cierta mala relación con la industria. La retirada de Malena Morgan supuso una pérdida irreparable para el porno lésbico y la muerte súbita de una posibilidad remota con la que todo pornófilo fantaseaba: verla algún día pasándose al porno hetero. Ahora la actualidad está huérfana de su belleza sin mácula, y hasta compañías como Digital Desire están reeditando vídeos suyos de hace cuatro años como gesto desesperado de admiración y añoranza.
Hoy queremos volver a verla en las escenas en solitario en que la propia Malena decidió jugar con nuestras fantasías, hacer que nos imagináramos cómo sería una realidad alternativa en la que este ángel no tuviese remilgos en amorrarse a cuantas pollas hiciese falta. Una dimensión paralela, un mundo perfecto, tal vez.
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