Dejad que me permita el lujo de hablaros hoy de una escena de hace algo más de un año, porque me ha parecido la mar de curiosa y especial. Se trata de un lésbico publicado en Fantasy Massage, y ya sabéis que en este tipo de escenas lo habitual es que a la masajista se le empiece a ir la mano en sus competencias y termine convenciendo con argumentos táctiles a su cliente para llevar la sesión un poco más allá. Es un clásico. En cambio la escena de hoy echa mano de un guion que me ha parecido graciosísimo y muy morboso pese a lo absurdo.
Veronica Vain masajea a su clienta, Abby Cross, y en un momento dado le ofrece un nuevo tratamiento experimental que acaba de salir y que es un poco extraño pero funciona de maravilla con la piel de la cara. Le dice que debe tener los ojos completamente cerrados y que el «aplicador» quizá le parezca algo extraño y con una textura rara, pero que es normal. Seguidamente Veronica le planta el coño en la cara y se asegura un cunilingus hasta rociarle el rostro de flujo vaginal, momento en el que la clienta abre los ojos por fin y se desconcierta al ver un coño pelirrojo escupiéndole a un palmo de la cara, pero antes de que pueda decir algo, Veronica se agacha y le devuelve el favor con otra sesión de sexo oral capaz de desactivar cualquier resistencia.
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