El otro día presentando el culo negro de dimensiones cósmicas de Cherokee D’Ass cometí la torpeza de confundir interracial con temática racial. No es que sufra algún tipo de daltonismo que me impida diferenciar entre una polla blanca y una más negra que el betún, sencillamente que con las prisas uno a veces sufre – por suerte con el teclado – una especie de síndrome del gorrión… Y ya que estamos con gorriones y morenazas, me gustaría acabar el día con Vanessa Blue y un afortunado que a pesar de sufrir del síndrome en un primer metesaca, solventa la jugada con un segundo polvo para quitarse el sombrero.
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