Falta por completar el serial de Eva Lovia en Tushy, y aunque se suponía que el concepto central de los episodios era la recién adquirida habilidad anal de Eva y su fantástico culo, quizá a alguno le sorprenda que el cuarto episodio sea en realidad un polvo lésbico. Eso sí, no es uno cualquiera: al otro lado del cuadrilátero tenemos a una verdadera diosa que ahora se prodiga más detrás de la cámara que delante y a la que siempre es un placer ver trabajar, la inconmensurable Kayden Kross con sus habituales mejillas coloradas, su cuerpo perfecto y sus pezones sobrehumanos. Juntas forman un duo de lametones y sonrisas cómplices donde el agujero del culo, eso sí, sigue teniendo mucho protagonismo.
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