La última aparición de la colombiana más cerda de todos los tiempos, nuestra amada Esperanza Gomez, en una escena para la web del gangsta Josh Stone vuelve a corroborar que el sexo es su vocación, su raison d’être y sin ninguna duda lo que mejor se le da. Esta vez sin malabarismos anales y sin escarceos con la narrativa barata, Esperanza sigue demostrando que su hambre de pollas no tiene límites y a las pruebas me remito: fijaos en como después de un intenso polvo interracial junto al océano no duda en lamer con fruición la simiente de Josh, que a estas alturas aún debe de estar preguntándose qué demonios hizo tan bien en su vida anterior para recibir tan brutal recompensa en esta.
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