Morena, esbelta, nariz picassiana, labios del coño muy prominentes y un ojete tan tragón, que se come las pollas a pares. Estas son algunas de las señas de identidad de Candie Luciani, una irreductible gala de fragilidad, solo aparente, puesto que el grueso de su videoteca se compone de intensos encuentros sodomitas en los que esta chica delgada y con apariencia de tímida y reservada no da nunca muestras de vulnerabilidad, sino todo lo contrario, la flaca es puro jolgorio cuando la ensartan sin piedad.
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