Las fórmulas y patrones típicas del porno en la cuestión felatoria siempre suelen ser parecidas: una o más mujeres dedicadas al estímulo de un rabo, o una sola mujer azotada por diversas pollas que llevan la voz cantante y la convierten prácticamente en sujeto pasivo del blowbang. En esta ocasión tenemos una escena un poco excepcional en ese sentido: en Suck Balls #5 de Evil Angel era la propia Ariella Ferrera quien se ocupaba de los cuidados de sus dos compañeros sin dejar de tener, valga el chiste fácil, las sartenes por el mango.
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