Por supuesto, las inquietudes culturales e intelectuales no están reñidas con el deseo de experimentar en el plano sexual, sin obviar las prácticas que puedan considerarse más rudas y pecaminosas. Otro ejemplo más dentro de la industria pornográfica es el de la francesa Emelie Crystal, una mujer curtida y estudiosa que no reprime su instinto más animal y primitivo, de ahí que no desdeñe para nada una buena y contundente cogida anal. En este caso, se la propina Vincer Carter, que bebe directamente del estilo de Rocco Siffredi, cuyo sello produce la intensa escena de hoy.
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