Hazel Moore no acumula premios importantes de la industria pornográfica estadounidense, pero no hay una sola escena de esta chica que no logre ponésela tan dura como una roca a la audiencia. Las razones para provocar deseos irreprimibles a cualquier mortal que la vea dándole al fornicio filmado son poderosas, puesto que, aunque a primera vista no parece de las actrices porno más llamativas, rezuma una naturalidad y un morbo superlativos. No en vano, la nena es atractiva por donde se mire y entrar en sus recovecos rosados debe ser como alcanzar el nirvana, ya sea por delante o por su receptiva y estética cavidad trasera, que es como una maravillosa gruta de algodón de azúcar. Hazel es una verdadera caja de Viagra andante, en definitiva. NOTA: en realidad esta entrada la escribí poco antes de un post de Bondage dedicado a Hazel publicado recientemente, pero el primer vídeo de ambas entradas coincidía, por lo que aprovecho para reemplazarlo por la última visita a True Anal de la susodicha.
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