Da igual que peque de cierta inacción en sus escenas y que transmita ese aire de diva presuntuosa, es aparecer en escena con sus imponentes 175 centímetros, su preciosa cabellera rubia y sus espectaculares tetorras naturales —sin desmerecer sus nalgas deliciosas— para que la boca se le haga agua al personal como si del mayor festín gastronómico se tratara. Que hay pornstars muchos más atrevidas y brillantes a la hora de llevar a cabo sus performances sexuales, por su puesto, pero pocas tienen le poderío escénico de tan descomunal yegua.
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