Volvemos a las estridencias anatómicas más propias de los cómics en clave porno que del porno real, como es el caso de la estadounidense Yum Thee Boss, con la que se puede decir aquello de que la realidad supera la ficción en base a una combinación entre la voluptuosidad que tiene ya de por sí genéticamente y la que ha adquirido de manera artificial por medio de grandes implantes en senos y glúteos. Tal combinación ha dado como resultado una criatura estrafalaria de curvas imposibles para algunos, o bien, un mujerón que alimenta las fantasías eróticas para otros.
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